El dulcero

Ay, un día, ay, un día,
estando en la puerta un día,
estando en la puerta un día
sentaíta en mi escalón
pasó un hombre que vendía
dulce de melocotón,
pasó un hombre que vendía
dulce de melocotón.

Caray, qué dulcero,
qué palabritas tan dulces
cuando me dijo “te quiero”.

Que al pasar que por mi calle un día,
que se paró que donde yo vivía,
ay, mare quién me lo iba a mí a decir,
ay, que yo dulcera sería.

Le dije que me vendiera,
me dijo me regalaba,
le dije que qué cogiera
y me dijo lo que gustara,
le dije que qué cogiera
y me dijo lo que gustara.

Triana, junto al Arco de Triana,
Triana, junto al Arco de Triana
me voy a casar contigo
mañana por la mañana,
me voy a casar contigo
mañana por la mañana.

Qué bien lo camelo,
tenía unas palabritas
de menta y de caramelo,
tenía unas palabritas
de menta y de caramelo.

Que sí, que sí,
que no, que no,
que ese dulcero lo camelo yo.