Murió la madre de Rocío Jurado

Ha sido enterrada en Chipiona, junto a su marido

por Radial Press

Rocío, deshecha en lágrimas, llegó a perder el sentido por unos momentos... Por esperada, la muerte no ha sido menos dolorosa.
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Rocío, deshecha en lágrimas, llegó a perder el sentido por unos momentos... Por esperada, la muerte no ha sido menos dolorosa.

En el intervalo de ocho días, Rocío Jurado ha recibido dos terribles traumas que han borrado, al menos temporalmente, esa alegría tan natural en la simpática folklórica de Chipiona. Estas dos penas que han inundado su alma —la segunda mucho más que la primera— han sido el sacrílego saqueo efectuado por unos desconocidos en el santuario de la Virgen de Regla, patrona de su pueblo natal donde la Jurado se casó con Pedro Carrasco, y la muerte, tras una larga y terrible agonía, de doña Rosario Jurado Bernal, madre de la cantante, enferma desde hacía meses.

Doña Rosario, que sólo tenía cincuenta y dos años, murió a causa de ese jinete apocalíptico de nuestros días llamado cáncer. Sí, un cáncer de páncreas acabó con la vida de la progenitora de Rocío. La difunta pidió, en medio de sus delirios preagónicos, que la trasladasen a su Chipiona para poder morir en paz. Doña Rosario quería ser enterrada en la misma sepultura que su marido, muerto hace veinte años.

Una ambulancia trasladó a doña Rosario hasta la localidad gaditana, donde moriría a pocas horas después. En el momento del óbito, Rocío, Gloria y Amador se encontraban junto a su madre. También estaban doña Rocío, de setenta y ocho años de edad, madre de la difunta, y sus hijos José Antonio y Manuel. Todo fue muy emotivo y doloroso al mismo tiempo.

A las cinco y media de la tarde del sábado 3 de junio doña Rosario recibió tierra en el cementerio de Chipiona. Centenares de personas acompañaron a la madre de Rocío hasta su última morada, ya que era persona muy querida en aquel pueblo. Desgarradoras escenas de dolor se produjeron en la habitación donde estaba expuesto el cadáver de doña Rosario, momentos antes del adiós definitivo. Rocío, deshecha en lágrimas, se desmayó, quedándose sin sentido por unos instantes. Pedro Carrasco, con gafas oscuras, acompañó a su esposa en todo momento y fue uno de los que tomó el ataúd de su suegra a hombros cuando la comitiva se dirigió a la parroquia de la Virgen de la O, para celebrar un oficio religioso previo.

Desde estas líneas, mandamos nuestro más sentido pésame a Rocío Jurado, a Pedro Carrasco y a Gloria, grandes amigos de esta casa.

La falsa recuperación de doña Rosario

Al parecer, doña Rosario llevaba bastante tiempo arrastrando su mal. Hace unos meses hubo de ser internada en una clínica, siendo calificado su estado de grave. Sin embargo, gracias a un tratamiento, la madre de Rocío mejoró sensiblemente, pudiendo abandonar la clínica donde se hallaba internada. Esta recuperación, como ha podido comprobarse, ha resultado engañosa y al final, la enfermedad ha podido más. En estas fotos retrospectivas vemos a la Jurado junto a su madre durante su primer internamiento en la clínica y a la pequeña Rocío Carrasco, cuando contaba pocos meses, embelesando a su madre y abuela por entonces bastante repuesta...

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