A esta Señora que se «lanza» a cantar canciones tan atrevidas, no hay quien la entreviste sin el permiso de su marido.
Con una nueva imagen y nuevos bríos; Como una ola (su súper exitoso LP); la española Rocío Jurado está arrasando y reconquistando América.
En escena, con un traje rojo de lentejuelas centelleantes y una sensual capa de terciopelo, Rocío se olvida de Rocío y se entrega a su público. Baladas, canciones flamencas, números feministas y polémicos… todo le queda a esta salerosa cantante que conmovió México en mayo y que ahora inicia una gira por los Estados Unidos y Suramérica.
Detrás del telón, sin embargo, para conversar con esta Señora tan independiente y de canciones tan avanzadas, ¡hay que pedirle permiso a su marido…!
SU HOMBRE Y LOS CELOS
—¿Pedro, cuánto tiempo llevan ustedes de casado?
—Seis años.
—¿No es usted celoso?
No, no, en lo absoluto.
—¿Y Rocío?
—Tampoco; nos comprendemos muy bien en ese sentido.
Claro, que por muy bien que se lleven, pudimos comprobar que en esto de los celos, Rocío y su marido, el ex-boxeador Pedro Carrasco, no están de acuerdo. Según nos confesó la estrella después:
—Tenemos muchos, muchísimos problemas de celos; o sea, en el sentido de que estamos muy poco tiempo juntos.
—¿Cómo se ponía Rocío al verlo a usted en el ring, Pedro?
—Cuando empezamos a salir en serio, yo me retiré del ring, porque estando yo en activo no hubiéramos podido sacar nuestro matrimonio adelante. Son dos carreras muy opuestas. La del artista es de un descontrol total… la del atleta es todo disciplina. Así, aunque yo sigo mi trabajo en la Federación, me las arreglo para a veces poder viajar con ella.
Yo, como andaluza, siento mucho el flamenco, pero como mujer de mi tiempo, siempre estoy evolucionando y canto todo lo que signifique avance musical.
—¿Rocío, cuál es su tipo de hombre preferido?
—¡Mi marido! Bueno, en realidad, a mi marido lo amo, que es una cosa probablemente distinta… Yo nunca me hice un prototipo de hombre. Siempre dije: «El hombre que me llegue por su corazón, por su comprensión, (porque mi vida es muy difícil de comprender), ese es mi hombre», y en Pedro lo encontré. Aparte, me gusta el hombre alto, rubio, con los ojos color miel… Me gustan mucho los ojos color miel en el hombre. Cuando hay un morenazo guapo, también lo digo, pero no es para mí. Quien me gusta para mí, es mi marido.
—¿Pedro, cómo es Rocío Jurado con usted?
—Como esposa es muy cariñosa. Como madre, quiere mucho a la niña aunque no puede estar lo suficiente con ella por su profesión… pero Rocío le gusta mucho su profesión.
Tanto es así que casi no le queda tiempo a dedicarse a su casa.
—Estoy tan entregada a mi profesión, y como mi marido casi siempre me acompaña, el cuidado de la casa lo tenemos que hacer a través de otras personas… doncellas, secretaria, chofer, jardinero, cocinera… mucha gente que, de yo no tener esta profesión, no necesitaría.
SU PROFESIÓN
—Señora Jurado, ¿cómo es un día normalito, sin tantas carreras, para usted?
—Para mí no hay día sin carreras… Parece que estoy en una competición continua. Hay un día, aunque porque no queda mas remedio, me tienen que dejar descansar… Entonces, ese día es totalmente de relax, pero eso sucede después de muchos meses. Por una cosa u otra, nunca tengo eso que la gente llama «tiempo libre»… Me gustaría tenerlo para poder pintar, montar a caballo, nadar… estar con mi hija aunque fuera ratitos nada más, porque la hora que la niña quiere jugar a caballos, o algo así, en un cuarto de hora, me destroza. Es una vida bastante difícil, pero es la vida que yo elegí y no me puedo quejar, porque he conseguido lo que nunca imaginé poder conseguir. Cosas que yo pensaba que eran imposibles, porque yo empecé de muy abajito, las he logrado conseguir.
—¿Cómo hizo para llegar a ser una artista internacional?
—Trabajar, muchísimo--- algún fruto tenía que sacar y Dios a veces… a veces… es justo.. digo a veces, porque no me gustan las guerras y pienso que no las debía permitir… pero no me voy a meter a juzgar a Dios, porque soy muy poquita cosa para eso. Lo que El haga, bienvenido sea.
—Rocío, ¿cómo inició su carrera?
—Mi carrera la inicié por un tremendo golpe que tuve en mi vida, que fue la pérdida de mi padre, que murió cuando yo tenía 12 años. Me tuve que poner a trabajar para mis hermanos y para mi mamá que era una mujer muy linda, muy preparada para trabajar en la casa y criar unos hijos, pero no para sacar una casa adelante económicamente. A esa edad, ya recayó en mí toda la responsabilidad de una familia. Por eso fui artista. Porque me gustaba cantar de siempre, pero nunca me habían dejado. O sea, cantaba en el colegio, en el coro con las monjitas, pero por pura vocación. En mi pueblo, nadie es artista profesional, ni en mi familia tampoco… ni habían toreros famosos tampoco. Mi madre y mi padre cantaban, pero ninguno de los dos fueron profesionales.
—¿Cuál es su género favorito para cantar?
—Bueno, cuando a mí me preguntan: «¿Qué es Rocío Jurado?»… yo siempre digo que soy cantante. A mí lo que me gusta es cantar… sea lo que sea. Hay un estilo, que es el de mi tierra, que es la canción flamenca. Yo, como andaluza, siento mucho el flamenco, pero como mujer de mi tiempo, siempre estoy evolucionando y canto todo lo que signifique avance musical. Como soy un crítica bastante dura con mi misma, cuando me oigo en un estilo, y no me gusto, no lo pongo más… pero si me gusto y luego el público me responde bonito, lo sigo poniendo. Por eso tengo varios estilos en mi «show»… Es como una ensalada para todos los gustos… Una pincelada de flamenco… una pincelada de una canción romántica… otra sudamericana… otra internacional…
SUS GUSTOS
A esta hija de Virgo le gusta el perfume Joy de Jean Patou en el invierno. Pero en el verano…
—Tengo una maravilla de perfume de Balenciaga que se llama Michelle… Huele como a jazmines de Andalucía, como a una noche andaluza. ¿Quieres probarlo? Lo llevo en la bolsa siempre.
—¿Cuál es su comida favorita… cómo hace para estar tan bien… aunque le digan que está gorda?
—¿Verdad que no estoy gorda?... Esto no es estar gorda… lo que pasa es que tengo un poquito de pecho… bueno un poquito no, bastante; pero eso puede dar la impresión de que estoy más gordita, pero qué le voy a hacer; la madre naturaleza me ha dotado con un pecho un poco grande… Pero en verdad, para mi profesión, quisiera tener bastante menos. Mis comidas son a base de carnes, verduras, pescados, sin mucho condimento. Nada de pan… casi nada de sal, aunque me gusta mucho… De bebida, a lo mejor me tomo un jerez de vez en cuando, o si estoy muy decaída un gin tonic.
SU PERSONALIDAD
—¿Cómo es su carácter… su temperamento?
—Yo creo que soy muy sentida, muy entregada, muy cariñosa para todos los seres humanos. Eso se me nota enseguida. Tengo momentos de mucha depresión… Tengo momentos eufóricos cuando veo a la gente feliz; y momentos de mal humor, cuando ya no puedo más; aguanto y aguanto y luego tengo 5 minutos en que me desahogo de esa cosita que tengo por dentro y luego ya vuelvo a ser la de siempre. Nunca he sido rencorosa.
—¿Se piensa quedar con una sola hija?
—No, quiero otra… (se dirige a su hija que cumplía cinco años ese día)… Tú, ¿qué dices, Rocío?
—Que quisiera tener dos hermanitos.
—Bueno, por lo menos uno. ¿No?
—No, dos.
—Donde manda capitán, no manda marinero.
SIN BARRERAS
—¿Qué planes tiene para el futuro?
—Seguir… De aquí me voy a España y en Octubre iré por todos Estados Unidos, y Sudamérica. Como cuatro meses de gira tengo firmados… Si Dios quiere… siempre por si Dios quiere.
—Como artista nunca me he puesto una meta, porque me parece que el arte no tiene barreras, como el amor, como Dios, como todas las cosas importantes de esta vida, no tiene barreras. Cuando se consigue una cosa, se ve que hay más… por eso nunca se puede poner una barrera a una cosa que sale del corazón.