Sevilla mora
I
No se puede ser más mora
ni tampoco más cristiana.
No se puede ser más mora
ni tampoco más cristiana,
ni tampoco más cristiana,
como la Sevilla mía,
tan graciosa y tan gitana.
Es una obra de arte
que nos dejaron los moros,
que nos dejaron los moros,
con sus fieles vigilantes,
Giralda y Torre del Oro.
Sevilla mora,
Sevilla mora,
Sevilla mora,
tienes empaque
de emperaora.
II
Cuando mi Sevilla sueña
para que duerma tranquila.
Cuando mi Sevilla sueña
para que duerma tranquila,
para que duerma tranquila,
y que nadie la moleste,
las dos torres la vigilan.
Sueña con grandes toreros
un día en la Maestranza,
un día en la Maestranza,
y con algún maletilla
que no pierde la esperanza.
Sevilla mora,
Sevilla mora,
Sevilla mora,
tienes empaque
de emperaora.
III
Yo que nací medio mora,
Sevilla quiero cantarte.
Yo que nací medio mora,
Sevilla quiero cantarte,
Sevilla quiero cantarte,
un canto por sevillanas
porque tú sabes de arte.
Tus perfumes de jazmines
y tus olores a rosas,
y tus olores a rosas,
cuando el sol se está poniendo
te hacen mucho más hermosa.
Sevilla mora,
Sevilla mora,
Sevilla mora,
tienes empaque
de emperaora.
IV
Ye te han dicho tantas cosas
que ya no queda poeta.
Ya te han dicho tantas cosas
que ya no queda poeta,
que ya no queda poeta,
que su pluma pensativa
te haya dicho una cuarteta.
Mi cante gitano y moro
se desgarra por Sevilla,
se desgarra por Sevilla,
lo mismo que allá en Triana
un cante por seguiriyas.
Sevilla mora,
Sevilla mora,
Sevilla mora,
tienes empaque
de emperaora.
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